Caminar de la mano de su hijo, una motivación para volver a empezar
En La Tierra del Sol Amado, como suelen llamar a la ciudad de Maracaibo, Venezuela, vive Luis Alfonso, un hombre de 34 años de edad, quien se ha convertido en un claro ejemplo de que la mente positiva y la valentía son fundamentales, para afrontar las diferentes dificultades que se presentan en el camino de la vida.
Durante el año 2018, Luis notó que en su pie había algo fuera de lo normal. Debido a la diabetes, tenía una úlcera, la cual se infectó y esta condición, al no ser atendida a tiempo, continuó avanzando, llevándolo a una amputación. Inicialmente, le realizarían su cirugía por debajo de la rodilla, pero al identificar que, además, contaba con un problema de circulación, los médicos le indicaron que la mejor decisión sería amputar su pierna más arriba de la rodilla, para evitar que la infección siguiera avanzando y así fue, pues a Luis no le quedaba más que confiar en ellos y mantener viva la esperanza de que así podría continuar fuera de peligro.
Para él, las principales motivaciones en los momentos más difíciles eran sus hijos y demostrar que era capaz de hacer todo lo que se proponía, impulsándolo a confiar, cada vez más, en sí mismo. Cuando llegó a la casa, después de la cirugía, comenzó su proceso de recuperación y cicatrización del muñón, y aunque los doctores le habían sugerido permanecer, por lo menos, seis meses en casa, pasaron tan solo tres meses, cuando decidió salió a trabajar, dejando a un lado la idea de que debía esperar un tiempo más para empezar a buscar actividades en las cuales se pudiera desempeñar. “Fue como salí y aprendí a trabajar en la pizzería y de ahí he seguido evolucionando, he trabajado en zapatería reparando calzados, he aprendido también mecánica y todo eso desde que me amputaron la pierna, anteriormente lo que trabajaba era taxi, era taxista”, narraba Luis.
Cuando empezó a preparar pizzas con su tía, debía demostrar que aunque no tenía una pierna, podía trabajar y sacar a su familia adelante, apoyado de sus muletas y caminador. Aunque tuvo la fortuna de contar con oportunidades para trabajar, compartía su pensamiento, acerca de lo mucho que le hace falta a la sociedad para conceder oportunidades laborales a personas con discapacidades físicas.
Con el sueño de enseñarle a caminar a su hijo menor, de tan solo un año de edad, se propuso conseguir una prótesis y gracias al apoyo de su esposa, quien investigó en internet incansablemente y descubrió la Corporación Mahavir Kmina, lograron obtener la cita que tanto añoraban. “Gracias a Dios ella fue la que contactó esto y organizó todo, gracias a ella estamos aquí, este es un triunfo que logró ella, ella es una persona muy especial para mí, primero ella logró conseguir esto, pero anteriormente cualquier mujer, una mujer no se fija en una persona discapacitada, pero ella se fijó en mí y ahora formamos una familia”, explicaba, mientras contaba su historia.
El viaje en un comienzo era de no creer, tanto que muchos de sus familiares le expresaban su miedo de ir tan lejos, hasta una fundación en la cual no sabían si podían confiar o no. Esta fue la razón por la cual su esposa se aseguró de que el viaje valía la pena y cuando fue contactada. para darles la noticia de que ya tenían una cita confirmada, investigó en cada página del sitio web, cada red social y video que pudo encontrar en internet, aferrada a la ilusión de ver a Luis caminar con prontitud. Gracias a los testimonios y comentarios de los beneficiarios de la Corporación, emprendieron el camino hasta La Estrella, Antioquia, en la búsqueda de una oportunidad para volver a empezar.
El recorrido no fue tan sencillo y aunque sumaron 36 horas de viaje en el bus, debido a un contratiempo en la vía, que significó una parada de 8 horas y algunas incomodidades, lograron llegar el 25 de abril a Mahavir Kmina, llenos de emoción. Además, Luis estaba inmensamente ilusionado, imaginando y soñando con el momento en el que podría verse frente a ese espejo, en el área de adaptación de la Corporación.
Mientras continuaba contando su anécdota, expresaba, “lo primero que voy a hacer con la prótesis es seguir trabajando, pero de aquí voy a ver a mi hijos, a que me vean caminar, es lo primero que voy a hacer, no le he pasado fotos a nadie, todo va a ser una sorpresa, es lo primero que voy a hacer, ir a ver a mis hijos, mi bebé pequeño más que todo me ve sentado y lo cargo y juego y cuando me paro en las muletas y las caminadoras, él se asombra, tan alto que está papi, entonces quiero ir a ver a mi bebé, lo extraño mucho”.
Antes de la amputación, trabajaba como taxista y conducir el automóvil era una de sus actividades favoritas en el día a día. Durante su adaptación protésica en la Corporación, pudo observar cómo otros beneficiarios hicieron parte de un proyecto de investigación en el que debían pedalear en un simulador de bicicleta, por lo que Luis expresaba, “todo es posible, todo es adaptación, así que sí puedo manejar. Así como ahorita el muchacho estaba practicando en la bicicleta, si se puede manejar bicicleta, se puede manejar carro”.
Su motivación para seguir adelante, trabajando y caminando, son sus hijos y su esposa. De esta manera, hace una invitación a todas las personas que como él han tenido que vivir una amputación, para que se esfuercen en cumplir sus sueños. “A las personas que tengan motivación, una motivación de por qué seguir adelante, siempre tenemos algo que nos motiva: un hijo, una madre, un padre. Anteriormente cuando comencé, mi hijo mayor estaba muy pequeño, tenía 10 años, y me dije: yo no me puedo quedar aquí, él tiene que ver que yo puedo salir adelante por mi mismo, tienes que salir adelante, no te puedes quedar sentado en una silla de ruedas, tirado al abandono a que la gente te ayude, a provocar lástima, demuéstrale a la gente que tú eres capaz de hacer lo mismo que hacen ellos. Lo mismo lo puedes hacer tú, así sea sentado en una silla de ruedas, en unas muletas o en una caminadora, tú eres capaz de hacer el mismo trabajo que ellos”. Para Luis, también era muy importante proyectar que él no es diferente por su amputación, pues esta es sólo una condición y que al igual que todos, es un ser humano con metas y deseos de ser cada día mejor.
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