Cultivando sueños para cosechar esperanza
“Los agricultores cultivan esperanza y cosechan futuro” y Orlando es un joven que desde los 8 años ha trabajado en el campo, cultivando sus sueños para ser el hombre que es hoy. Su amor por el campo lo caracteriza, pues se ha dedicado a sembrar café, maíz, frijol y como dice él, “todo lo que resulte”.
En el 2019, vivía con su hermano en la ciudad, mientras buscaban trabajo en el campo. Un día le salió trabajo en los Llanos de Cuivá para guadañar y con la dedicación que lo caracteriza, emprendió la labor hasta que accidentalmente la cuchilla de la guadaña se partió, ocasionándole la amputación en su pierna derecha.
Aunque nunca han disfrutado vivir en la ciudad, debido a la situación se vieron en la necesidad de regresar a Medellín, donde lo trataron médicamente. El primer mes después del suceso, sintió mucha angustia y pensó que la situación sería difícil de afrontar, pero gracias al apoyo de su familia, emprendió su recuperación, porque así como cuenta, “excelente el apoyo de mi familia, gracias a Dios, pues por eso no me dio tan duro, también porque todos me apoyaron bien. A pesar de que perdí parte, perdí el pie y todo eso, en realidad ha sido bien, nunca me he estresado, así que no me voy a echar a morir, porque yo lo he aceptado bien, gracias a Dios”.
Sus ganas de salir adelante y persistir, le han permitido vencer las dificultades e incluso, demostrar que con la actitud positiva, hasta superar las expectativas del tiempo de rehabilitación es posible. Llegó a la Corporación gracias a la información que le compartió un conocido, quien le dio el número y tras esperar un par de semanas para asistir a su anhelada cita, recibió la primera prótesis en febrero de 2020 y con toda la motivación, empezó su proceso de adaptación, “la verdad a mí no me da tan duro, pues a mí me pusieron la prótesis y como a los 15 días me fui a trabajar”, resalta entre risas, agregando, “empecé trabajando suavecito, ya ahorita hago lo que me toque, gracias a Dios”.
El deporte también ha sido una de sus pasiones. Desde que era niño, jugaba fútbol y montaba en bicicleta, tal como lo expresa mientras cuenta su historia, “casi todos los días monto clica, me encanta demasiadísimo el deporte, el fútbol también”. A pesar de que siente que ahora hay algunas actividades físicas que no puede hacer como antes, no las deja a un lado y por el contrario, las disfruta cantidades en su tiempo libre, acompañado también por sus amigos, como lo narra durante la conversación, “nos vamos para el río, entonces nos vamos todos en cicla, casi todos los días nos vamos de pesca”.
Orlando sabe que con su historia puede inspirar a más personas para animarlas a cumplir sus sueños y comparte su experiencia, diciendo que lo que se requiere para superar los momentos difíciles, es contar con la mejor actitud, “es echarle ganas y que sea así, por allá donde yo estoy también hay personas así y a uno le dan ganas como de hablar con ellas, pero a uno le da cosita porque de pronto se sienten mal, pero sí, ojalá más adelante tenga una oportunidad de hablar con esas personas”.
Antes de regresar nuevamente a casa con su prótesis, se despide regalando una sonrisa a todos los colaboradores de la Corporación, expresando su agradecimiento, “en este momento lo que más me hace feliz, que volví a caminar oiga, gracias a Dios estoy contentísimo, y le agradezco mucho aquí a la Fundación, y todo que pues gracias a la Fundación es que volví a caminar. Es lo que más contento me tiene”.
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