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Viajó con su prótesis de madera por una nueva oportunidad

Luego de viajar dieciséis horas en bus, Ulises llegó a la Corporación con su hijo desde Íquira, Huila. “Me dedico a la agricultura, toda la vida. Cultivo café, plátano, yuca, todo eso. Me gusta el campo únicamente”, nos comenta Ulises con gran orgullo. Hoy, a sus 72 años, cambia su prótesis de madera, que fabricó su hijo hace 15 años, por una de Mahavir Kmina con el sueño de volver a empezar.


Ulises perdió su pierna en un accidente laboral, mientras talaba un árbol para sembrar frijol y hacer un potrero, “el árbol me cayó encima y me tumbó el pie, eso fue hace más o menos unos 35 años”, recuerda. Este suceso no desanimó a su familia, al contrario, con creatividad y recursividad, su hijo le fabricó una prótesis casera con madera de árbol de carboncillo, para que pudiera seguir haciendo lo que tanto ama. Este fue el elemento de apoyo que lo acompañó durante 15 años y hoy, al entregarle su nueva prótesis, decidieron donarla, para ser exhibida en el Museo de prótesis Artesanales creado por la Corporación.

Ulises conoció la Corporación cuando su hija publicó en redes sociales el caso de su padre y una amiga le comentó acerca de su experiencia en Mahavir Kmina, “ella le dijo que había traído aquí a un hijo, que era muy bueno y que fue muy bien atendido, que le pasaba la dirección para venir y todo”, narra al pensar en aquel momento. Confiando en la recomendación, iniciaron su proceso de solicitud y al tener la cita asignada, se prepararon para viajar desde Huila, hasta Antioquia, “venimos haciendo grandes esfuerzos, pero gracias a Dios, aquí estamos”, comenta describiendo que las dieciséis horas de recorrido en bus para llegar hasta Medellín, se le hicieron muy largas al generarle malestar físico.

Durante su visita nos comenta que su gran esperanza es hacer actividades diarias sin tanto esfuerzo y aunque agradece infinitamente la prótesis fabricada por su hijo, el peso de la madera y la rigidez del material, que en ocasiones le incomoda, lo han limitado a la hora de realizar algunas actividades, “ya uno se puede movilizar con más libertad”, nos expresa, unos instantes más tarde, al probar su nueva prótesis y sentir su liviandad. Ulises agradece con una gran sonrisa la calidad de la prótesis de la Corporación, que además de su peso ligero, es fabricada a su medida y resistente al agua, lo que, para sus trabajos de campo, será de mucha utilidad.

Con mucho optimismo, envía un mensaje a todas las personas que han pasado por una amputación, invitándolos a no desanimarse y confiar en la fortaleza de Dios, “ánimo, que en nombre de Dios todo lo podemos, en Cristo que es el que nos fortalece y de parte de nosotros poner también ánimos. Se pierde un miembro del cuerpo, pero la vida no se acaba y hoy hay mucha forma de salir adelante”.

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